El camino de la deshonra
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Así versa una porción de la carta de Pablo de Tarso al pueblo en Éfeso
Llevo semanas con este tema en mi cabeza y no he podido encontrar la manera de redactarlo y quedar satisfecho con el resultado, me doy cuenta de que me estoy sobre exigiendo, y decido comenzar a vaciarlo tal cual está en mis pensamientos.
En principio quería dirigirlo a tu Yo hijo, con la intensión de concientizar sobre el lugar exaltado en que muchas veces tenemos a nuestros padres y que nos limitamos así a seguir siendo niños en cierta manera.
Como terapeuta es muy común ver como las personas vivimos aprisionadas por la imagen internalizada que hacemos y mantenemos de nuestros padres. Desde la común frase: ¿pero es mi madre, como la voy a abandonar?
Es que nos vamos al extremo opuesto y no es necesariamente la idea.
Gabrielle Roth cuenta en sus «Mapas para el éxtasis» un encuentro que tuvo con Alejandro Jodorowsy. Roth era una bailarina con mucho trabajo realizado en psico corporal desde los 5 ritmos y había estado enseñando sobre el conocimiento que le transmitiera Oscar Ichazo.
Cuando Jodorowsy ve la veneración de Roth hacia su maestro le dice: «Gabrielle, hazme un gran favor y córtale los cojones a tu padre»
Roth no lo entiende sino hasta tiempo después.
Hace poco platicaba con mi hija y la escuchaba muy temerosa de las decisiones que toma. Le dije que en algún momento tiene que brincarnos. Arriesgarse y tomar las decisiones que mejor le parezcan. Sabe que si no le resulta como espera ahí voy a estar para sostenerla.
Por eso es que también dirijo estas líneas a tu Yo padre o madre. Ya lo decía Gurdjieff también: “Quieres ayudar a tus hijos, trabaja en ti”.
Es que no hay nada que pueda hacer un padre por los hijos que sirva tanto como el conocerse a sí mismo; que el trabajo en uno mismo, que el entrar en terapia o en un trabajo de autoconocimiento… es aún más que dar amor, porque el tratar de dar amor sin tenerlo… es ilusorio, pero entrar en conocimiento permite conocerlos a ellos, permite un lenguaje más auténtico y es liberador para los hijos. (Fragmento tomado de HAIKI)
Creo fundamental no perder de vista que los padres somos quienes tenemos más recorrido realizado en este mundo, y si bien es responsabilidad nuestra también «cortarle los cojones» a nuestros padres, bajarles, pues, del altar que les hemos puesto en nuestro inconsciente, como padres tenemos también la responsabilidad de no continuar el camino de las neurosis familiares hacia nuestros hijos.
El camino de la deshonra es este donde sí, honramos el lugar que nuestros padres nos dieron, bueno o malo, y nos hacemos responsables de sanar lo que nos corresponde. Pero sin justificar las conductas que hicieron desde su inconsciencia herida ni perpetuando los malos tratos (cuando los hay) como si tuviéramos que estarles agradecidos eternamente «porque nos dieron la vida».
El camino de la deshonra es este donde destronamos a nuestros padres de nuestro inconsciente, sanamos todos esos introyectos, y reconocemos la funcion amorosa que tienen en nuestro Ser.
¿Te atreves?